Crónica de una deportación
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Crónica de una deportación
Hola!, no se si este post va aqui, la verdad no encontre la categoria adecuada... aqui se denuncia un abuso pero no de un particular si no de la aduana española... esta es la amarga experiencia que unas amigas mias de Mexicali vivieron... cuando ellas tenian la intencion (y la ilusion) de pasar dos semanas de vacaciones en Barcelona, Paris y Estocolmo (y para colmo era año nuevo).
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Este es el relato sobre la deportacion de mi amiga de Barcelona... ella vive en Mexicali como yo... y pues iba de vacaciones con su amiga a visitar a la hermana de su amiga... aqui va la historia
---------------------------- Aqui empieza el relato de mi amiga Malibe --------------------------------------
A veces uno ve en la televisión o lee en los periódicos los casos de deportación, privación de la libertad y pisoteo de derechos humanos. En lo que a mi respecta, cuando veía o leía esas noticias, pensaba en lo horrible que era y trataba de ponerme en las situaciones; aunque siempre estaba latente el pensamiento de “eso nunca me va a pasar a mi; la gente que sale en estas noticias, no es como yo, está muy lejana a mi; yo no tengo la necesidad de irme de ilegal a otro país; traficar algo, etc.”.
El 30 de diciembre del 2007, en el Aeropuerto de Barcelona, España, recibí una lección de humildad a costa de perder mi libertad durante 26 horas, ser tratada como criminal y que pisotearan mi dignidad llamándome mentirosa.
Junto a mi mejor amiga, no nos dejaron entrar de turistas a Barcelona.
Con toda la ilusión de nuestro primer viaje a Europa, preparamos un itinerario de 12 días de turismo, en mi caso: Barcelona y París;
en caso de mi amiga (cuyo objetivo principal era visitar a su hermana que estudia legalmente un master en Barcelona); las dos irían 3 días a Estocolmo.
Para todos los viajes teníamos boletos de avión (incluido el de nuestro regreso); traíamos el dinero que nos pide migración para pasar: en mi caso 645 euros además de tarjeta de débito con 2000 dlls.
Nos faltó un requisito: la carta de invitación expedida por la policía española, documento del cuál no teníamos conocimiento.
Arribamos a Barcelona aproximadamente a las 7 am, hora de Barcelona.
Mi amiga y yo fuimos la últimas en bajar del avión. Cada una de nosotras tomó pasó por una casilla de migración. Primeramente le
pidieron el pasaporte y empezaron a hacer preguntas a mi amiga: a qué iba, con quién iba, dónde se iba a quedar, en dónde estudiaba su hermana, etc. y después le pidieron una carta de invitación. Después le preguntó cuánto dinero llevaba, a lo que mi amiga respondió que en efectivo llevaba 84 euros y traía su tarjeta de débito con su estado de cuenta. Por mi parte, el policía de migración me empezó a hacer las mismas preguntas, y cuando le dije que veníamos juntas, pasó mi pasaporte a la casilla donde era atendida mi amiga y me mandó para allá.
Cuando me cambié de casilla, a mi amiga le dijeron que esperara en unas bancas, y se llevaron sus papeles.
A mi me atendió un tercer policía, que fue apuntando todo lo que le decía, e igualmente me dijo que me esperara y se llevó mis papeles a una oficina.
Teníamos más una hora esperando con la mortificación de que la hermana de mi amiga nos sabía de nosotras, cuando de otro vuelo
mandaron a 2 chicas estudiantes mexicanas a esperar. Ellas se encontraban en un caso parecido al de nosotras: sin carta de
invitación, pero que iban a visitar a un amigo que estaba de vacaciones en Barcelona. Una de ellas era rubia, casualmente sólo entrevistaron a la más morena. Como a la media hora, las dejaron irse previa regañada telefónica al amigo que las recibiría y por no llevar la carta de invitación.
Después de este incidente, mi amiga preguntó por un teléfono para llamar y decirle a su hermana donde estábamos. A la mujer que le
preguntamos (también de la policía) nos gritó que ella no le importaba los problemas que tuviéramos y nos trató muy groseramente.
Esperamos otros 15 o 20 minutos, para que nos pasaran a varias entrevistas, con las mismas personas hasta que por fin resolvieron que nos iban a regresar (aunque a nosotras nos dijeron mucho después).
En la última entrevista (ya como 4 horas después de nuestra llegada) pedimos un teléfono para informar lo que nos había pasado, a
lo que el oficial nos dijo q nos llevaría a una sala de espera donde había un teléfono público. Entramos a la famosa “sala de espera” que mejor dicho era el cuarto de detención, donde nos encerraron y vimos que había varias personas más: 2 chilenos, un argentino, una marroquí, una filipina y dos mexicanos más. Señalo aquí que todos éramos de piel oscura: latinoamericanos y africanos.
Había dos teléfonos para hacer llamadas y uno para recibir. Cabe mencionar que estaban descompuestos: no se podían hacer llamadas (uno no servía y otro estaba atascado de monedas); el que recibía tenía un falso en el cable y eso hacía que se cortaran la comunicación.
En relación a los teléfonos, cada llamada al exterior del país era de 5 euros aproximadamente, y los compañeros que si pudieron hacer llamadas gastaron más de 15 euros para comunicarse con sus familiares, sin contar el gasto de los familiares llamando a Barcelona para intentar arreglar algo.
Para lograr comunicarnos, le pedimos de favor a una de las personas que habló buscando a una chilena (que entró después de nosotras) que si por favor se podía comunicar con la hermana de mi amiga y que nos hablara al número de recepción de llamadas. Sólo así pudimos comunicarnos.
Después de unas horas, nos pasaron con un abogado, para que diera fe de las cosas, ya que nunca nos recomendó nada, excepto firmar las hojas que nos dieron los policías.
Después de 26 horas encerradas, nos regresamos a Atlanta (de donde había salido nuestro vuelo). Un policía primeramente nos dijo que en el avión nos regresarían los documentos. Él y otro policía nos llevaron hasta la entrada del avión, y allí les dieron nuestros papeles a la azafata, para que a su vez, ella se los diera a la policía migratoria de Estados Unidos.
Teníamos miedo de que en E.U.A. nos quitaran la visa laser; ya que es bien sabido que en ese país se pongan muy duros con los temas migratorios, además que para nosotras es muy importante la visa ya que vivimos en ciudad fronteriza.
Al llegar a Atlanta, los oficiales de migración no entendían por qué no habíamos podido entrar a España y se portaron muy amables con nosotras.
En el tiempo que estuvimos privadas de nuestra libertad:
• No pudimos hacer ninguna llamada porque los teléfonos para hacerlas estaban descompuestos.
• No nos permitieron nuestras maletas, sólo el equipaje de mano, y aunque hubiera regaderas, no nos dieron jabón ni toallas.
• Nos daban 3 alimentos diarios, un café y 2 botellas de agua al día, todo lo demás lo teníamos que comprar, si el guardia en turno
quería ir por las cosas.
• Al requerir toallas sanitarias, nos dijeron que no era supermercado, aunque por una ventana vimos que tenían. Tardaron como 2
horas para dárnoslas.
• En mi caso uso lentes de contacto, como el líquido para enjuagarlos estaba en mi maleta, pasé todo ese tiempo (más los vuelos
de avión) sin poder enjuagarme los lentes y con los ojos resecos.
• La mayor parte del tiempo, nos estuvieron llamando mentirosos por no aceptar que íbamos a trabajar; aunque les dijimos y demostramos que íbamos de turismo (teníamos los boletos de regreso, etc.)
• Si el problema únicamente era que no podíamos entrar a España ¿por qué no nos dieron la opción de cambiar nuestro boleto a otro
lugar? (Al DF por ejemplo si teníamos el recurso monetario y lo demostramos).
• Si no teníamos los recursos para regresar a nuestro país ¿por qué utilizaron y cambiaron nuestro vuelo de regreso sin nuestra
autorización?
• ¿Por qué nos privaron de la libertad? ¿Por qué nos trataron como criminales, pisotearon nuestra dignidad y nos humillaron?
Entiendo que no llevábamos la carta de invitación (requisito del cuál no sabíamos pero finalmente requisito); lo que no puedo entender es que nos privaran de nuestra libertad, nos humillaran y nos trataran como criminales.
En nuestro caso, mi amiga y yo estuvimos 26 horas; uno de los chicos que estaban ahí, sólo iba a hacer un examen, iba a estar un día en Barcelona y le pidieron visa de estudiante y lo tuvieron detenido 3 días, sin tener acceso a sus maletas para asearse.
Cabe mencionar que los vuelos Girona-París y París-Girona los perdimos, así como también lo invertido por mi amiga para ir a
Estocolmo y el dinero que pagamos por el viaje redondo a Barcelona.
De verdad fue muy indignante el trato, ya que aquí los tratamos hospitalariamente y finalmente están acabando con Cancún.
Por mi parte, lo pensaría mucho antes de volver a España; y por favor si lo hacen, lleven el doble de papeles que piden.
---------------------------- Aqui termina el relato --------------------------------------
Creo que despues de lo que paso a mi amiga, ni yo tengo ganas de ir a España de turista... la verdad me da miedo que con cualquier pretexto me quieran deportar... de hecho, tengo otra amiga que vive en Madrid y nos estuvo dice y dice a mi novio que si cuando ibamos a visitarla... pero... mejor no fui... como dice el dicho mas vale prevenir que lamentar... y tengo un amigo que recien se caso y su luna de miel sera en España y ya lo informe de las miles de precauciones que debe tomar... (hasta tener un plan B de viaje, en caso de que le nieguen la entrada tambien)
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Este es el relato sobre la deportacion de mi amiga de Barcelona... ella vive en Mexicali como yo... y pues iba de vacaciones con su amiga a visitar a la hermana de su amiga... aqui va la historia
---------------------------- Aqui empieza el relato de mi amiga Malibe --------------------------------------
A veces uno ve en la televisión o lee en los periódicos los casos de deportación, privación de la libertad y pisoteo de derechos humanos. En lo que a mi respecta, cuando veía o leía esas noticias, pensaba en lo horrible que era y trataba de ponerme en las situaciones; aunque siempre estaba latente el pensamiento de “eso nunca me va a pasar a mi; la gente que sale en estas noticias, no es como yo, está muy lejana a mi; yo no tengo la necesidad de irme de ilegal a otro país; traficar algo, etc.”.
El 30 de diciembre del 2007, en el Aeropuerto de Barcelona, España, recibí una lección de humildad a costa de perder mi libertad durante 26 horas, ser tratada como criminal y que pisotearan mi dignidad llamándome mentirosa.
Junto a mi mejor amiga, no nos dejaron entrar de turistas a Barcelona.
Con toda la ilusión de nuestro primer viaje a Europa, preparamos un itinerario de 12 días de turismo, en mi caso: Barcelona y París;
en caso de mi amiga (cuyo objetivo principal era visitar a su hermana que estudia legalmente un master en Barcelona); las dos irían 3 días a Estocolmo.
Para todos los viajes teníamos boletos de avión (incluido el de nuestro regreso); traíamos el dinero que nos pide migración para pasar: en mi caso 645 euros además de tarjeta de débito con 2000 dlls.
Nos faltó un requisito: la carta de invitación expedida por la policía española, documento del cuál no teníamos conocimiento.
Arribamos a Barcelona aproximadamente a las 7 am, hora de Barcelona.
Mi amiga y yo fuimos la últimas en bajar del avión. Cada una de nosotras tomó pasó por una casilla de migración. Primeramente le
pidieron el pasaporte y empezaron a hacer preguntas a mi amiga: a qué iba, con quién iba, dónde se iba a quedar, en dónde estudiaba su hermana, etc. y después le pidieron una carta de invitación. Después le preguntó cuánto dinero llevaba, a lo que mi amiga respondió que en efectivo llevaba 84 euros y traía su tarjeta de débito con su estado de cuenta. Por mi parte, el policía de migración me empezó a hacer las mismas preguntas, y cuando le dije que veníamos juntas, pasó mi pasaporte a la casilla donde era atendida mi amiga y me mandó para allá.
Cuando me cambié de casilla, a mi amiga le dijeron que esperara en unas bancas, y se llevaron sus papeles.
A mi me atendió un tercer policía, que fue apuntando todo lo que le decía, e igualmente me dijo que me esperara y se llevó mis papeles a una oficina.
Teníamos más una hora esperando con la mortificación de que la hermana de mi amiga nos sabía de nosotras, cuando de otro vuelo
mandaron a 2 chicas estudiantes mexicanas a esperar. Ellas se encontraban en un caso parecido al de nosotras: sin carta de
invitación, pero que iban a visitar a un amigo que estaba de vacaciones en Barcelona. Una de ellas era rubia, casualmente sólo entrevistaron a la más morena. Como a la media hora, las dejaron irse previa regañada telefónica al amigo que las recibiría y por no llevar la carta de invitación.
Después de este incidente, mi amiga preguntó por un teléfono para llamar y decirle a su hermana donde estábamos. A la mujer que le
preguntamos (también de la policía) nos gritó que ella no le importaba los problemas que tuviéramos y nos trató muy groseramente.
Esperamos otros 15 o 20 minutos, para que nos pasaran a varias entrevistas, con las mismas personas hasta que por fin resolvieron que nos iban a regresar (aunque a nosotras nos dijeron mucho después).
En la última entrevista (ya como 4 horas después de nuestra llegada) pedimos un teléfono para informar lo que nos había pasado, a
lo que el oficial nos dijo q nos llevaría a una sala de espera donde había un teléfono público. Entramos a la famosa “sala de espera” que mejor dicho era el cuarto de detención, donde nos encerraron y vimos que había varias personas más: 2 chilenos, un argentino, una marroquí, una filipina y dos mexicanos más. Señalo aquí que todos éramos de piel oscura: latinoamericanos y africanos.
Había dos teléfonos para hacer llamadas y uno para recibir. Cabe mencionar que estaban descompuestos: no se podían hacer llamadas (uno no servía y otro estaba atascado de monedas); el que recibía tenía un falso en el cable y eso hacía que se cortaran la comunicación.
En relación a los teléfonos, cada llamada al exterior del país era de 5 euros aproximadamente, y los compañeros que si pudieron hacer llamadas gastaron más de 15 euros para comunicarse con sus familiares, sin contar el gasto de los familiares llamando a Barcelona para intentar arreglar algo.
Para lograr comunicarnos, le pedimos de favor a una de las personas que habló buscando a una chilena (que entró después de nosotras) que si por favor se podía comunicar con la hermana de mi amiga y que nos hablara al número de recepción de llamadas. Sólo así pudimos comunicarnos.
Después de unas horas, nos pasaron con un abogado, para que diera fe de las cosas, ya que nunca nos recomendó nada, excepto firmar las hojas que nos dieron los policías.
Después de 26 horas encerradas, nos regresamos a Atlanta (de donde había salido nuestro vuelo). Un policía primeramente nos dijo que en el avión nos regresarían los documentos. Él y otro policía nos llevaron hasta la entrada del avión, y allí les dieron nuestros papeles a la azafata, para que a su vez, ella se los diera a la policía migratoria de Estados Unidos.
Teníamos miedo de que en E.U.A. nos quitaran la visa laser; ya que es bien sabido que en ese país se pongan muy duros con los temas migratorios, además que para nosotras es muy importante la visa ya que vivimos en ciudad fronteriza.
Al llegar a Atlanta, los oficiales de migración no entendían por qué no habíamos podido entrar a España y se portaron muy amables con nosotras.
En el tiempo que estuvimos privadas de nuestra libertad:
• No pudimos hacer ninguna llamada porque los teléfonos para hacerlas estaban descompuestos.
• No nos permitieron nuestras maletas, sólo el equipaje de mano, y aunque hubiera regaderas, no nos dieron jabón ni toallas.
• Nos daban 3 alimentos diarios, un café y 2 botellas de agua al día, todo lo demás lo teníamos que comprar, si el guardia en turno
quería ir por las cosas.
• Al requerir toallas sanitarias, nos dijeron que no era supermercado, aunque por una ventana vimos que tenían. Tardaron como 2
horas para dárnoslas.
• En mi caso uso lentes de contacto, como el líquido para enjuagarlos estaba en mi maleta, pasé todo ese tiempo (más los vuelos
de avión) sin poder enjuagarme los lentes y con los ojos resecos.
• La mayor parte del tiempo, nos estuvieron llamando mentirosos por no aceptar que íbamos a trabajar; aunque les dijimos y demostramos que íbamos de turismo (teníamos los boletos de regreso, etc.)
• Si el problema únicamente era que no podíamos entrar a España ¿por qué no nos dieron la opción de cambiar nuestro boleto a otro
lugar? (Al DF por ejemplo si teníamos el recurso monetario y lo demostramos).
• Si no teníamos los recursos para regresar a nuestro país ¿por qué utilizaron y cambiaron nuestro vuelo de regreso sin nuestra
autorización?
• ¿Por qué nos privaron de la libertad? ¿Por qué nos trataron como criminales, pisotearon nuestra dignidad y nos humillaron?
Entiendo que no llevábamos la carta de invitación (requisito del cuál no sabíamos pero finalmente requisito); lo que no puedo entender es que nos privaran de nuestra libertad, nos humillaran y nos trataran como criminales.
En nuestro caso, mi amiga y yo estuvimos 26 horas; uno de los chicos que estaban ahí, sólo iba a hacer un examen, iba a estar un día en Barcelona y le pidieron visa de estudiante y lo tuvieron detenido 3 días, sin tener acceso a sus maletas para asearse.
Cabe mencionar que los vuelos Girona-París y París-Girona los perdimos, así como también lo invertido por mi amiga para ir a
Estocolmo y el dinero que pagamos por el viaje redondo a Barcelona.
De verdad fue muy indignante el trato, ya que aquí los tratamos hospitalariamente y finalmente están acabando con Cancún.
Por mi parte, lo pensaría mucho antes de volver a España; y por favor si lo hacen, lleven el doble de papeles que piden.
---------------------------- Aqui termina el relato --------------------------------------
Creo que despues de lo que paso a mi amiga, ni yo tengo ganas de ir a España de turista... la verdad me da miedo que con cualquier pretexto me quieran deportar... de hecho, tengo otra amiga que vive en Madrid y nos estuvo dice y dice a mi novio que si cuando ibamos a visitarla... pero... mejor no fui... como dice el dicho mas vale prevenir que lamentar... y tengo un amigo que recien se caso y su luna de miel sera en España y ya lo informe de las miles de precauciones que debe tomar... (hasta tener un plan B de viaje, en caso de que le nieguen la entrada tambien)
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